Viene la Navidad,
otra más en mi vida,
y esta gris soledad
no e deja tranquila.
¿Para qué recordarte
que ya llegó diciembre,
y que me pongo triste,
tan triste como siempre?
De qué sirven las luces
y los escaparates,
si desde que te fuiste,
me muero de dolor.
Mi Navidad es triste.
En mi pajar no hay Dios,
pues cuando me dejaste,
todo acabó.
Navidad y diciembre
el frío, la neblina,
se clavan en mi pecho
como aguda espina.
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