Levanta esta losa
que oprime mi pecho;
quiebra las espinas
que punzan mi piel.
Arranca los clavos
del viejo madero,
en el que clavaste
mis manos y pies.
Libérame ¿quieres?
para ver si puedo
caminar sin ti.
Vuélvete paloma,
jilguero... gorrión,
y cántale a mi alma
que hiciste pedazos.
Arranca estos clavos
que tengo oxidados
en el corazón.
Libérame ¿quieres?
de tu pobre amor.
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