¿Cómo luce ahora tu pelambre café?
¿A quién miran tus ojos saltones?
Tus patitas renqueantes
¿Hacia dónde caminan?
No estás a mi lado
caminando en el patio,
ladrándole a la luna
casi al anochecer.
A los pies de mi cama
ovillando dormías,
y tu sueño roncoso
solía hacerme reír.
Ya no rayan el piso
tus torcidas pezuñas
como lo hacían ayer.
Mi vida tan larga,
tan corta tu vida,
luyó su cordel.
En el cielo pequeño de perros,
ahora brilla una estrella café.
Gigio, amigo mío, guárdame una estrella
para resguardarme,
cuando el hilo mío
se luya también.
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