Anoche lo viste
caminar conmigo,
y no me dijiste
que era un embustero.
Pero yo lo quiero
con tanta avidez,
que es una tortura
este amor por él.
Luna callejera,
regálame una
noche de locura;
deja que me pierda
entre su intrincado
enredo de amor.
Deja que me muera,
parrandera luna,
sorbiendo el veneno
de su corazón...
Octubre 28/91
No hay comentarios:
Publicar un comentario