Quisiera ser en todo,
igual que tú, Alfonsina,
para amar con mi alma
tu llanura Argentina,.
Escribirle a mi Patria
y a tu tierra querida,
un poema que hermane
la América Latina.
Pero Dios me negó
el más sublime don,
de alojar en mi pecho
de inmenso corazón.
Él, el Gran Visionario,
a ti te lo legó,
con el triste calvario
que tu espalda quebró.
Y escapaste, Alfonsina,
huyendo del dolor,
y en tu huida mataste
el corazón de Dios.
Quisiera ser
igual que tú, Alfonsina,
y en la puerta secreta,
¡abandonar mi cruz!
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